“El conocimiento se puede quedar obsoleto en pocos años, incluso en meses, pero las experiencias vividas quedan en nuestro hipotálamo durante toda la vida”
Con más de 30 años de experiencia global en los negocios, Jordi Alemany es un influyente líder. Reconocido como LinkedIn Top Voice, además de ganador del premio Forbes al Best Business Influencer en 2022, e incluido en la lista de los Best Content Creators en 2023, destaca por su enfoque en la humanización de los entornos de trabajo.
Jordi promueve la necesidad de actualizar la mentalidad de los líderes empresariales a los desafíos de este nuevo siglo. Destaca la importancia de liderar con empatía y aceptar la vulnerabilidad para construir relaciones auténticas. Tras liderar equipos en cuatro continentes, ha adquirido una perspectiva única sobre los retos globales a los que se enfrentan hoy las empresas y aconseja a emprendedores, empresarios y ejecutivos ser genuinos, respetar sus valores y estar dispuestos a aprender de los errores.
Con motivo de la publicación de su libro Liderazgo imperfecto, y como director y embajador del Programa Executive Internacional en Liderazgo y Transformación Global de Bureau Veritas, tuvimos el privilegio de charlar con él, conocerlo mejor, y contagiarnos de ese propósito que es crear entornos de trabajo más saludables, seguros y humanizados, donde las personas puedan sentirse realizadas, crecer y ayudar a crecer a otros.
Te defines a ti mismo como un eterno aprendiz, polímata y curioso de las ciencias humanistas, con una habilidad innata para conectar personas e ideas. ¿Podrías comenzar por contarnos un poco sobre ti y tu carrera en el mundo empresarial?
Mi carrera comenzó desde una curiosidad innata y unas tremendas e inagotables ganas de aprender y mejorar continuamente. Tras completar mi educación y tener un par de experiencias profesionales en España, con 23 años decidí que debía salir a explorar el mundo, a ver cómo pensaban y actuaban otros profesionales, y en concreto, los líderes empresariales en otras partes del mundo. Estaba convencido de que había otras maneras de hacer las cosas. Que el estilo de liderazgo que practicábamos España no era necesariamente el único. Eso me llevó a vivir y trabajar en 4 continentes durante aproximadamente 20 años, entre 1995 y 2015. Aproveché para formarme en la London Business School y en Stanford, además de aprovechar toda la formación reglada en metodologías como PMP, Lean, Six Sigma o Agile que me ofrecieron las 3 multinacionales para las que trabajé durante ese periodo.
Al regresar a España, tras 20 años como mando intermedio y ejecutivo, construyendo y liderando centros de formación y desarrollo de talento en medio mundo, decidí que quería seguir aprendiendo, pero que, en paralelo, debía comenzar a compartir mi experiencia con otras personas que, como yo, deseasen adquirir una mirada más transversal y amplia sobre el liderazgo, la cultura organizacional y sus diferentes estilos y tipos. Estos últimos 8 años me he dedicado a formar y acompañar a emprendedores, empresarios, ejecutivos y a sus equipos de mandos intermedios a tener la oportunidad de acceder a otras formas de ver el mundo de los negocios, compartiendo con ellos toda la experiencia, los fracasos y las lecciones que acumulé a lo largo de mi carrera.
Has dicho alguna vez que “el reto más importante al que se enfrentan los líderes empresariales en los próximos años, no es la digitalización de procesos, sino la humanización de los entornos de trabajo”. Como Business Humanizer, ¿podrías decirnos por qué consideras este concepto de "liderazgo humanizado” tan importante hoy?
La transformación digital es vital para las empresas, pero la humanización de los entornos de trabajo es lo que realmente marca la diferencia a la hora de mejorar su capacidad competitiva. Invertir en tecnología es algo que cualquiera puede hacer con dinero. La tecnología no es lo que hace a Google o a Apple diferentes en los ojos de sus clientes, sino el talento de las personas que trabajan en esas compañías. En un mundo cada vez más digital, la empatía, la colaboración y la comprensión de las necesidades humanas son esenciales. Como Business Humanizer, mi enfoque está en ayudar a las organizaciones a cultivar una cultura que priorice las relaciones humanas, donde las personas se sientan valoradas y puedan crecer tanto personal como profesionalmente. Donde la tecnología trabaje al servicio de las personas, y no al revés. Donde el factor multiplicador en la ecuación de la rentabilidad sean las personas.
En tu libro libro Liderazgo imperfecto comentas que “la autonomía de los empleados, la confianza de sus jefes en sus capacidades y la motivación no se legislan, se construyen”. A un nivel muy práctico, ¿cómo se construyen? Y ¿por qué?
La autonomía, la confianza en que hacen bien su trabajo, el reconocimiento por ese trabajo bien hecho, son los pilares fundamentales en la construcción de una cultura organizacional saludable, donde las personas se sientan motivados, comprometidos y den lo mejor de si mismos.
Cuando un líder le da la oportunidad a cada miembro de su equipo de operar con cierto grado de autonomía, tras invertir, obviamente, en formarle y establecer unas expectativas claras y precisas de sus funciones y cómo espera que las desempeñe, está multiplicando su nivel de autoconfianza. Cuando, además, en caso de cometer un error, que es algo que a todos nos puede ocurrir, en lugar de abroncarnos en público, nos muestra su apoyo en privado, se interesa por saber qué ha pasado, y nos ayuda a mejorar, e intentar evitar que ese error se reproduzca en el futuro, multiplica nuestra autoconfianza. Cuando eso ocurre, comenzamos a dar lo mejor de nosotros mismos, aprendemos, mejoramos y nuestra motivación y compromiso con el proyecto se disparan.
Los mecanismos de control, la regulación, la supervisión exhaustiva hace que la gente sienta temor, pierda la creatividad, y se derrumbe su autoconfianza, con todo lo que eso conlleva.
A lo largo del libro, desde muy diversos planteamientos has señalado que en el momento actual más que centrarse en lo que se hace, debemos cuestionarnos por qué se actúa de una manera u otra. En ese sentido ¿qué importancia tiene la consciencia para los modelos de liderazgo de estos tiempos?
Reflexionar sobre el "por qué" detrás de nuestras acciones es crucial. Desarrollar el pensamiento crítico, cuestionar nuestras convicciones y adquirir una comprensión profunda de nuestras motivaciones internas a la hora de decidir es fundamental si deseamos mejorar la calidad de las nuestras decisiones. En el liderazgo, la consciencia juega un papel fundamental para tomar decisiones éticas. La consciencia fomenta la empatía, que resulta esencial a la hora de comprender y contemplar el impacto que pueden generar a las personas involucradas. Si no comprendemos cómo afectarán a los demás nuestras decisiones, las probabilidades de que tomemos decisiones injustas o poco éticas, se multiplica considerablemente.
La consciencia es, por último, la que nos permite identificar y reconocer posibles sesgos inconscientes, que estén distorsionando nuestra percepción de la realidad y el análisis de alternativas disponibles a la hora de tomar una decisión. Así que, sin consciencia, todo son riesgos exponenciales. Sin consciencia las probabilidades de errar una decisión se incrementan exponencialmente.
Tus logros son impresionantes, con reconocimientos como Forbes Top Business Influencer 2022 y Best Content Creators 2023. ¿Qué significa para ti recibir estos premios y cómo crees que han contribuido a tu carrera?
Los reconocimientos siempre son importantes y los valoro profundamente, especialmente porque implican que mi mensaje, no sólo llega, sino que se valora y que es necesario. Sin embargo, más allá de los premios, lo que realmente me gratifica es el impacto que ese mensaje pueda generar en la vida de las personas y cuánto contribuye a transformar cada día más empresas. Hace tiempo que aprendí que el éxito y el fracaso son parte de un mismo camino, que no nos podemos instalar a vivir ni en los tropiezos, ni en los premios, sino que debemos asumirlos como parte del proceso de aprendizaje continuo. Como decía mi padre, a la vida se viene a explorar, a tropezar y a aprender, y esos 3 elementos forman un ciclo infinito, desde que nacemos, hasta que nos despedimos. Si los reconocimientos sirven para llegar a más personas, en más partes del mundo, y con ello, que más personas puedan disfrutar de sus trabajos, y las empresas logran mejores resultados, bienvenidos sean. Esto es lo que realmente me motiva.
Para ti que tienes una larguísima trayectoria como formador, como director y embajador del Programa Executive Internacional en Liderazgo y Transformación Global de Bureau Veritas, ¿cuál es la mayor propuesta de valor que las personas interesadas en esta formación pueden encontrar?
En mi opinión, este programa es una excelente oportunidad para que los participantes expandan sus horizontes, se conecten con diferentes culturas y adquieran una comprensión profunda de sí mismos y de las dinámicas globales. Es una travesía de autoconocimiento y expansión de su red de contactos que les va a ayudar a prepararse para liderar en un mundo cada día más complejo.
El programa me encanta porque, desde el punto de vista de la formación, abarca los 3 aprendizajes más valiosos, el experiencial, el social y el académico. Esto es algo poco habitual, ya que la mayoría de programas se enfocan en el componente teórico/académico, que es el que menos valor aporta en el largo plazo. El conocimiento se puede quedar obsoleto en pocos años, incluso en meses, pero las experiencias vividas quedan en nuestro hipotálamo durante toda la vida. Es un viaje que llevará a los participantes a conocer tres países y culturas diferentes. Ese tipo de aventura formativa es de las que deja huella, de las que hace que vuelvas con la mochila llena, y dispuesto a poner en práctica todo lo aprendido.
El programa está estructurado como una travesía formativa de autoconocimiento y de networking internacional. Un viaje que llevará a los participantes a conocer tres países y culturas diferentes y en el que manejarán como parte de la metodología un cuaderno de bitácora, como diario práctico desde un enfoque reflexivo. En este sentido, ¿qué supone para ti la crítica y el análisis desde el liderazgo empresarial?
Creo que el liderazgo efectivo requiere una capacidad para reflexionar y aprender constantemente, y este enfoque reflexivo del programa, el llevar un diario de aprendizajes y experiencias, proporciona una excelente plataforma para hacerlo.
La crítica y el análisis son esenciales para el crecimiento personal y profesional. En el programa, alentamos a los participantes a reflexionar críticamente sobre sus prácticas de liderazgo, lo que les permite mejorar y adaptarse a diferentes contextos empresariales. La reflexión y el análisis desde el liderazgo empresarial son herramientas imprescindibles para la mejora continua y la innovación. Además, liderar tiene que ver con dar ejemplo, con guiar a otros, con ayudarles a crecer y alcanzar una mejor versión de si mismos, pero para poder convertirnos en guías de terceros, primero debemos ser capaces de guiarnos a nosotros mismos, algo que, sin una sólida capacidad crítica y analítica resulta imposible lograr.
Ya para despedirnos, supongo que te lo han preguntado muchas veces ¿por qué liderazgo imperfecto?
"Liderazgo Imperfecto" es una invitación a aceptar nuestra humanidad y reconocer que el liderazgo tiene muy poco que ver con ser perfecto, y mucho con ser genuino, con ser consciente de nuestras imperfecciones y defectos, con convivir con nuestras vulnerabilidades, con estar dispuesto a aprender, mejorar y crecer continuamente. A través del libro, busco desmontar viejos paradigmas y mitos sobre líderes casi divinos, y acercar el liderazgo a las personas, reconociendo que el liderazgo es una tarea compleja, pero profundamente humana y gratificante. De ahí el nombre, que me pareció autodescriptivo.